El proceso de digestión inicia
cuando se percibe el aroma de un alimento y la boca comienza a producir saliva.
La finalidad del proceso de digestión es
transformar los alimentos en sustancias que pueden ser absorbidas y utilizadas
por el organismo.
Sin embargo, en ocasiones la digestión se
puede ver alterada debido a que el organismo pierde la capacidad de digerir
ciertos alimentos, lo que provoca algunos síntomas que se asocian a una mala digestión como
el mal aliento, la inflamación,
el dolor abdominal y flatulencias,
entre otros.
Deberás consumir los siguientes tipos de alimentos:
Fibra: Ayuda
a él peristaltismo de las comidas a través de los intestinos lo cual a evitar
el estreñimiento. La fibra se
encuentra en frutas, verduras, cereales y leguminosas.
Carnes magras: Este tipo de alimentos son más
fáciles de digerir por su bajo contenido de grasa. Las personas a las que se
les ha hecho una extracción de vesícula suelen
tener dificultades para digerir las grasas por lo que se les recomienda moderar
su consumo.
Probióticos: Alimentos como el yogur contienen
bacterias benéficas llamadas probióticos que ayudan a la digestión de
ciertos nutrimentos.
Fraccionar la dieta: La digestión de los alimentos se ve más favorecida cuando se realizan varias comidas al día ya que esto evita que el sistema digestivo se sobrecargue de alimento y sea más lenta. Se sugiere hacer 3 comidas principales y 2 refrigerios.
Agua: La digestión es un proceso
que requiere agua para poder llevar a cabo la mezcla correcta de los alimentos.
Cuando no se bebe suficiente agua las heces son más compactas lo que dificulta
su excreción.
Evitar el
consumo de bebidas alcohólicas, hacer ejercicio y controlar
el estrés son algunas otras recomendaciones para mejorar la digestión. ¡Cuida tu salud
digestiva!
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